Pues ya empiezan a haber pruebas serias del nuevo Freemont de Fiat
"Igual que la política hace extraños compañeros de cama, en ocasiones las necesidades comerciales consiguen formar lazos entre compañías tan lejanas como fundamentalmente distintas. Hoy día ya nos sorprendemos de poco y si hasta Mercedes fue capaz de encontrar en Swatch un compañero de aventuras para crear el que sería el primer Smart (si bien finalmente la relojera dejó el proyecto), lo de Chrysler y Fiat es algo de lo más convencional.
Dado que ambos grupos poseen varias marcas con el potencial para rivalizar entre sí de ser situadas bajo un mismo techo, estaba claro que algo había que hacer para evitar un peligroso solapamiento de productos. Así, Jeep, Alfa Romeo y Fiat se quedan con el protagonismo global, dejando que Lancia, Chrysler y Dodge desempeñen sus papeles donde verdaderamente tienen futuro.
Gallery: Prueba: Fiat Freemont 2.0 MJT 170 CV Urban
Con todo este batiburrillo de marcas y modelos, se decidió que Dodge dijera adiós en el mercado europeo, pero sin perder de vista el que era el producto más interesante de su oferta: el Journey. Aprovechando su primer restyling, los italianos metieron mano en ciertos apartados para conseguir un producto más al gusto europeo, enterrando de paso los veteranos motores diesel Volkswagen con bomba-inyector. Así nació el Freemont, un crossover con mucho de monovolumen que tiene la misión de sustituir tanto al Croma -en cuanto a modelo de representación- como al Ulysse -con demasiados años a sus espaldas-.
Exteriormente el Freemont apenas se distingue del Journey por la parrilla, el diseño de las llantas, los logotipos y poco más. El original ya gustaba mucho así que todos sabemos que si algo funciona, mejor no tocarlo. Es cierto que el estilo italiano brilla por su ausencia y poniendo un Bravo o Punto a su lado parecen concebidos en mundos muy diferentes... pero es que la realidad es esa y no se ha tratado de disimular.
Que no tenga la pasión transalpina digerida en sus trazos no significa que el Freemont sea feo. Más bien todo lo contrario. Dadas sus dimensiones -casi 4,9 metros de longitud- y su formato a medio camino entre un monovolumen y todocamino, resulta atractivo y equilibrado. Con un cierto toque dinámico, no deja atrás la elegancia gracias a diversos elementos cromados que añaden el toque justo de empaque sin exageraciones.
La zaga suele ser la parte más complicada de diseñar en este tipo de vehículos. Aquí el Freemont se mantiene fiel al original, con formas angulosas que destilan robustez lo mires por donde lo mires. El perfil queda muy marcado por las llantas de aleación que equipe. Si son las de nuestra unidad, de 17 pulgadas, pierde cierto encanto visual en relación a las bonitas multirradio de 19 que se ofrecen en opción, pero son las más coherentes con su motor y el uso habitual que se les suelen dar a este tipo de coches.
INTERIOR A LA ALTURA
Una vez ojeas el atractivo exterior, toca centrar la atención en su habitáculo. En Fiat saben que la mayor parte de los vehículos de siete plazas se compran más por la calidad de vida a bordo que por lo bonita que pueda lucir su carrocería.
De entrada el salto cualitativo respecto al Journey que vendía Dodge en Europa es enorme. Los plásticos de mejorable aspecto han dejado paso a un mayor número de superficies acolchadas, agradables al tacto y en tonos oscuros, con lo que consiguen transmitir una sensación de "buen coche" no sólo tres escalones por encima del original, sino también de cualquier Fiat vendido en la actualidad.
Es verdad que todavía quedan detalles mejorables en los sitios más escondidos, pero en el día a día lo que ves y tocas tiene un aspecto magnifico; incluso sorprende la cantidad de plástico blando empleado en las puertas, en combinación con un tejido símil piel.
En términos de diseño, no revoluciona, pero gusta. Todo queda muy a mano y no parece complicarle la existencia a esos padres de familia poco amigos de las nuevas tecnologías con mil botones -esto va por el Grand C4 Picasso-. La instrumentación, situada encima de la caña de la dirección, deja claro que el origen de este Fiat no es europeo. Velocímetro calibrado en km/h y millas, ordenador de viaje con pantalla a color y distinta iluminación a la habitual ya nos dan muchas pistas. Pero si eres de los que tampoco te percatas de estos detalles, seguro que sales de dudas nada más fijarte en el volante. ¿Dónde habré visto yo esos mandos? Ah, ya caigo: en el Jeep Grand Cherokee que pasó por mis manos a finales del verano pasado. Sí, son los mismos y si me pongo a recordar incluso comparten las mismas funciones y esquemas del ordenador de viaje, mandos de elevalunas...
En fin, muchas cosas te avisan de que no es un Fiat. Esto dejo claro no es nada negativo. Es más en algunos aspectos incluso es mejor pues si eres un fiel seguidor de Autoblog ya habrás leído en ocasiones anteriores que no me gustan nada los volantes que emplea el Grupo Fiat, especialmente por la facilidad con la que podemos presionar alguno de sus botones sin querer. Y esto en el Freemont sencillamente no pasa.
En la consola central los mandos quedan distribuidos de una manera coherente y tienen un tamaño generoso. Todos los Freemont, incluso los básicos, llevan una pantalla multifunción táctil desde la que se manejan el climatizador automático -de tres zonas sin coste adicional-, el equipo de sonido, brújula y bluetooth entre otros. Con 4,3 pulgadas, la integrada en nuestro Urban es algo pequeña así que aconsejo abonar los 200 € extra que cuesta la grande de 8,4 pulgadas. No sólo es más cómoda, sino que ganarás un práctico lector de tarjetas SD y encima el salpicadero queda mucho más vistoso.
AMPLIO PERO NO TODO LO VERSÁTIL QUE DEBIERA
El Freemont es un siete plazas de grandes dimensiones. Sin embargo en su habitáculo no hay tanto espacio como cabria de esperar. Es cierto que en las plazas de la última las personas altas no tendrán problemas con la cabeza, pero la poca altura de la banqueta deja las rodillas demasiado elevadas, lo que termina siendo bastante incomodo. Para pequeños desplazamiento cumple muy bien, pero si es para irnos de vacaciones mejor que los más peques se queden allí.
Otro problema es que los asientos centrales no son independientes. Van divididos de manera 60/40, es decir, no puedes jugar con las mismas posibilidades que en un Grand C4 Picasso, Renault Grand Scénic o VW Touran. Y si la comparación se hace con los SEAT Alhambra o Kia Carnival, pasa exactamente lo mismo. A esto hay que sumar que la plaza central no es demasiado cómoda, siendo más dura y pequeña que las dos laterales.
El acceso a la última tampoco es demasiado sencillo. Pero aquí el problema está en que quedan demasiado retrasadas y casi debemos caminar hasta llegar a ellas -agachados como es lógico-. El sistema en cambio me parece inteligente. Con sólo presionar la palanca del respaldo del asiento central, la banqueta se pliega y desliza hacia delante sin esfuerzos. Para volver a la posición inicial sólo es necesario tirar del respaldo de nuevo y empujar la banqueta.
Si no queremos contar con las siete plazas o simplemente queremos aprovechar al máximo el volumen del maletero, tanto la segunda como tercera fila se pueden plegar en el suelo. Para ello de nuevo toca presionar la palanca en los centrales, y accionar un tirador en los últimos. En cuestión de pocos segundos el Freemont se convierte en una cueva... que puedes ampliar más todavía abatiendo el respaldo del copiloto -con lo que se pueden llevar objetos largos-.
Como ves, no brilla del todo por falta de cierta modularidad pero también es justo decir que se defiende muy bien en términos de espacio. Cuatro adultos y dos niños viajarán sin problemas, aunque eso sí, el equipaje habrá que llevarlo otro día. Con todos asientos ocupados, la capacidad es de sólo 145 litros -menos que el de un Fiat 500-. Si no vamos tantos de viaje, podemos configurarlo para cinco pasajeros y el maletero aumenta hasta los 540 litros aunque no podremos esconderlo de los amigos de lo ajeno al no contar con ninguna loneta o bandeja.
TERMINACIÓN "URBAN"
¿Y el equipamiento? De los tres niveles de acabado disponibles en la actualidad en la familia Freemont, el que ha pasado por mis manos es el intermedio y también el más interesante. Bajo la denominación Urban, todo lo necesario va incluido sin coste y además se permite algunos lujos como el acceso sin llave, arranque por botón, pantalla táctil, etc. Entre lo que al menos debería figurar como opción y no lo está sólo se me ocurren los faros de xenón direccionales y el asistente de cambio de carril involuntario.
EQUIPAMIENTO DE SERIE
ABS + EBD
ESP + TCS
Airbags frontales, laterales y de cortina
Asistente en cuestas
Anclajes ISOFIX
Reposacabezas delanteros activos
Control de velocidad
Faros antiniebla
Dirección asistida
Climatizador automático tri-zona
Ordenador de viaje
Brújula
Alarma antirrobo
Radio CD MP3
Puerto USB
Bluetooth
Pantalla táctil 4,3 pulgadas
Seis altavoces
Entrada auxiliar de audio
Control por voz
Encendido automático de luces
Sensor de lluvia
Sistema de acceso sin llave
Arranque por botón
Follow Me Home
Espejo interior fotosensible
Elevalunas eléctricos (4)
Espejos eléctricos, térmicos y plegables
Sensor de presión de los neumáticos
Sensor de aparcamiento posterior
Volante multifunción forrado en piel
Alfombrillas delanteras y traseras
Asiento del conductor eléctrico (parcialmente)
Asientos multirregulables
Llantas de aleación de 17 pulgadas
Cristales sobretintados
Barras de techo
Siete plazas (cinco plegables en suelo)
OPCIONES
Pintura metalizada, 650 €
Pintura extra-serie, 1.100 €
Pintura solida, 450 €
Techo solar eléctrico, 650 €
Llantas de aleación de 19 pulgadas, 600 €
Cámara de visión posterior, 400 €
Sistema de navegación con pantalla 8,4 pulgadas, 900 €
Sistema de sonido con pantalla 8,4 pulgadas, 200 €*
Kit fumador, 100 €
Tapón del depósito con llave, 50 €
Rueda de repuesto compacta, 150 €
*La pantalla táctil de 8,4 pulgadas viene acompañada además del lector de DVD/CD/MP3 y entrada para tarjetas SD
PRECIO RECOMENDADO: 29.400 € (27.962 € con dto)
PRECIO UNIDAD PROBADA: 30.150 € (28.712 € con dto)
RIVALES
Como habrás visto, a lo largo del artículo han salido algunas comparaciones con posibles rivales. Supongo que habrás pensado que un Grand C4 Picasso o un Grand Scénic no están en el mismo segmento... y debo darte la razón. Sin embargo hay que tener presente que las versiones con un motor equivalente -dentro de los posible- cuestan incluso más que este Freemont, por lo que enfrentarlo a un SEAT Alhambra lo aleja todavía más. De gran tamaño sólo el SsangYong Rodius le planta cara por precio mientras que los Kia Carnival y Ford S-Max han de jugar con los descuentos puntuales para resultar competitivos.
A modo de ejemplo dejo un pequeño listado con vehículos de 7 plazas con motores diesel de unos 150-170 CV:
Fiat Freemont 2.0 MJT 170 CV Urban, 29.400 € (27.962 €)
Citroën Grand C4 Picasso 7p 2.0 HDI 150 CV Exclusive 29.940 € (26.040 €)
Citroën C8 2.0 HDI 160 CV Seduction 37.600 € (29.775 €)
Ford S-Max 2.0 TDCI 163 CV Titanium 32.950 € (27.550 €)
Kia Carnival 2.2 CRDI 195 CV Active 31.745 € (27.401 €)
Opel Zafira Tourer 2.0 CDTI 165 CV Excellence 28.265 € (26.592 €)
Peugeot 5008 2.0 HDI 150 CV Allure 7p 30.960 € (28.590 €)
Peugeot 807 2.0 HDI 160 CV Active 37.000 € (29.782 €)
Renault Grand Scénic 2.0 dCi 160 CV Bose 7p 30.000 € (modelo anterior, promociones altas)
SEAT Alhambra 2.0 TDI 170 CV Style 38.100 € (sin dto)
SsangYong Rodius 2.7XDi 161 CV Limited 33.310 € (27.310 €)
VW Sharan 2.0 TDI 170 CV Advance BM 39.700 € (sin dto)
Además de esta mezcla entre distintos segmentos lo podemos complicar un poco más con modelos como el Chevrolet Captiva 2.2 VCDI 184 LT (27.560 €) e incluye la tracción total, el Kia Sorento 2.2 CRDI 197 CV Active (30.590 €), con tracción 4WD y con siete plazas, etc. Es complicado situar al Freemont frente a sus rivales, pues está a la par en precio de muchos MPV compactos y queda muy alejado de los MPV grandes salvo que haya promociones importantes. Si miramos su lado crossover, no tiene tracción total y frente al Captiva es más caro, aunque también está mucho mejor acabado y hay dos mundos en comportamiento.
Sé que es complicado cuadrar ciertos vehículos así que lo mejor será que cada uno lo coloque donde vea conveniente y de paso evitamos la distorsión de los datos. Estos eran sólo unos ejemplos de muchos más que podrían haber sido protagonistas.
Y hasta aquí la primera parte de la prueba. Mañana a la misma hora podrás leer las impresiones a sus mandos, todo lo relacionado con las prestaciones y los consumos."
Extraido de:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
"Igual que la política hace extraños compañeros de cama, en ocasiones las necesidades comerciales consiguen formar lazos entre compañías tan lejanas como fundamentalmente distintas. Hoy día ya nos sorprendemos de poco y si hasta Mercedes fue capaz de encontrar en Swatch un compañero de aventuras para crear el que sería el primer Smart (si bien finalmente la relojera dejó el proyecto), lo de Chrysler y Fiat es algo de lo más convencional.
Dado que ambos grupos poseen varias marcas con el potencial para rivalizar entre sí de ser situadas bajo un mismo techo, estaba claro que algo había que hacer para evitar un peligroso solapamiento de productos. Así, Jeep, Alfa Romeo y Fiat se quedan con el protagonismo global, dejando que Lancia, Chrysler y Dodge desempeñen sus papeles donde verdaderamente tienen futuro.
Gallery: Prueba: Fiat Freemont 2.0 MJT 170 CV Urban
Con todo este batiburrillo de marcas y modelos, se decidió que Dodge dijera adiós en el mercado europeo, pero sin perder de vista el que era el producto más interesante de su oferta: el Journey. Aprovechando su primer restyling, los italianos metieron mano en ciertos apartados para conseguir un producto más al gusto europeo, enterrando de paso los veteranos motores diesel Volkswagen con bomba-inyector. Así nació el Freemont, un crossover con mucho de monovolumen que tiene la misión de sustituir tanto al Croma -en cuanto a modelo de representación- como al Ulysse -con demasiados años a sus espaldas-.
Exteriormente el Freemont apenas se distingue del Journey por la parrilla, el diseño de las llantas, los logotipos y poco más. El original ya gustaba mucho así que todos sabemos que si algo funciona, mejor no tocarlo. Es cierto que el estilo italiano brilla por su ausencia y poniendo un Bravo o Punto a su lado parecen concebidos en mundos muy diferentes... pero es que la realidad es esa y no se ha tratado de disimular.
Que no tenga la pasión transalpina digerida en sus trazos no significa que el Freemont sea feo. Más bien todo lo contrario. Dadas sus dimensiones -casi 4,9 metros de longitud- y su formato a medio camino entre un monovolumen y todocamino, resulta atractivo y equilibrado. Con un cierto toque dinámico, no deja atrás la elegancia gracias a diversos elementos cromados que añaden el toque justo de empaque sin exageraciones.
La zaga suele ser la parte más complicada de diseñar en este tipo de vehículos. Aquí el Freemont se mantiene fiel al original, con formas angulosas que destilan robustez lo mires por donde lo mires. El perfil queda muy marcado por las llantas de aleación que equipe. Si son las de nuestra unidad, de 17 pulgadas, pierde cierto encanto visual en relación a las bonitas multirradio de 19 que se ofrecen en opción, pero son las más coherentes con su motor y el uso habitual que se les suelen dar a este tipo de coches.
INTERIOR A LA ALTURA
Una vez ojeas el atractivo exterior, toca centrar la atención en su habitáculo. En Fiat saben que la mayor parte de los vehículos de siete plazas se compran más por la calidad de vida a bordo que por lo bonita que pueda lucir su carrocería.
De entrada el salto cualitativo respecto al Journey que vendía Dodge en Europa es enorme. Los plásticos de mejorable aspecto han dejado paso a un mayor número de superficies acolchadas, agradables al tacto y en tonos oscuros, con lo que consiguen transmitir una sensación de "buen coche" no sólo tres escalones por encima del original, sino también de cualquier Fiat vendido en la actualidad.
Es verdad que todavía quedan detalles mejorables en los sitios más escondidos, pero en el día a día lo que ves y tocas tiene un aspecto magnifico; incluso sorprende la cantidad de plástico blando empleado en las puertas, en combinación con un tejido símil piel.
En términos de diseño, no revoluciona, pero gusta. Todo queda muy a mano y no parece complicarle la existencia a esos padres de familia poco amigos de las nuevas tecnologías con mil botones -esto va por el Grand C4 Picasso-. La instrumentación, situada encima de la caña de la dirección, deja claro que el origen de este Fiat no es europeo. Velocímetro calibrado en km/h y millas, ordenador de viaje con pantalla a color y distinta iluminación a la habitual ya nos dan muchas pistas. Pero si eres de los que tampoco te percatas de estos detalles, seguro que sales de dudas nada más fijarte en el volante. ¿Dónde habré visto yo esos mandos? Ah, ya caigo: en el Jeep Grand Cherokee que pasó por mis manos a finales del verano pasado. Sí, son los mismos y si me pongo a recordar incluso comparten las mismas funciones y esquemas del ordenador de viaje, mandos de elevalunas...
En fin, muchas cosas te avisan de que no es un Fiat. Esto dejo claro no es nada negativo. Es más en algunos aspectos incluso es mejor pues si eres un fiel seguidor de Autoblog ya habrás leído en ocasiones anteriores que no me gustan nada los volantes que emplea el Grupo Fiat, especialmente por la facilidad con la que podemos presionar alguno de sus botones sin querer. Y esto en el Freemont sencillamente no pasa.
En la consola central los mandos quedan distribuidos de una manera coherente y tienen un tamaño generoso. Todos los Freemont, incluso los básicos, llevan una pantalla multifunción táctil desde la que se manejan el climatizador automático -de tres zonas sin coste adicional-, el equipo de sonido, brújula y bluetooth entre otros. Con 4,3 pulgadas, la integrada en nuestro Urban es algo pequeña así que aconsejo abonar los 200 € extra que cuesta la grande de 8,4 pulgadas. No sólo es más cómoda, sino que ganarás un práctico lector de tarjetas SD y encima el salpicadero queda mucho más vistoso.
AMPLIO PERO NO TODO LO VERSÁTIL QUE DEBIERA
El Freemont es un siete plazas de grandes dimensiones. Sin embargo en su habitáculo no hay tanto espacio como cabria de esperar. Es cierto que en las plazas de la última las personas altas no tendrán problemas con la cabeza, pero la poca altura de la banqueta deja las rodillas demasiado elevadas, lo que termina siendo bastante incomodo. Para pequeños desplazamiento cumple muy bien, pero si es para irnos de vacaciones mejor que los más peques se queden allí.
Otro problema es que los asientos centrales no son independientes. Van divididos de manera 60/40, es decir, no puedes jugar con las mismas posibilidades que en un Grand C4 Picasso, Renault Grand Scénic o VW Touran. Y si la comparación se hace con los SEAT Alhambra o Kia Carnival, pasa exactamente lo mismo. A esto hay que sumar que la plaza central no es demasiado cómoda, siendo más dura y pequeña que las dos laterales.
El acceso a la última tampoco es demasiado sencillo. Pero aquí el problema está en que quedan demasiado retrasadas y casi debemos caminar hasta llegar a ellas -agachados como es lógico-. El sistema en cambio me parece inteligente. Con sólo presionar la palanca del respaldo del asiento central, la banqueta se pliega y desliza hacia delante sin esfuerzos. Para volver a la posición inicial sólo es necesario tirar del respaldo de nuevo y empujar la banqueta.
Si no queremos contar con las siete plazas o simplemente queremos aprovechar al máximo el volumen del maletero, tanto la segunda como tercera fila se pueden plegar en el suelo. Para ello de nuevo toca presionar la palanca en los centrales, y accionar un tirador en los últimos. En cuestión de pocos segundos el Freemont se convierte en una cueva... que puedes ampliar más todavía abatiendo el respaldo del copiloto -con lo que se pueden llevar objetos largos-.
Como ves, no brilla del todo por falta de cierta modularidad pero también es justo decir que se defiende muy bien en términos de espacio. Cuatro adultos y dos niños viajarán sin problemas, aunque eso sí, el equipaje habrá que llevarlo otro día. Con todos asientos ocupados, la capacidad es de sólo 145 litros -menos que el de un Fiat 500-. Si no vamos tantos de viaje, podemos configurarlo para cinco pasajeros y el maletero aumenta hasta los 540 litros aunque no podremos esconderlo de los amigos de lo ajeno al no contar con ninguna loneta o bandeja.
TERMINACIÓN "URBAN"
¿Y el equipamiento? De los tres niveles de acabado disponibles en la actualidad en la familia Freemont, el que ha pasado por mis manos es el intermedio y también el más interesante. Bajo la denominación Urban, todo lo necesario va incluido sin coste y además se permite algunos lujos como el acceso sin llave, arranque por botón, pantalla táctil, etc. Entre lo que al menos debería figurar como opción y no lo está sólo se me ocurren los faros de xenón direccionales y el asistente de cambio de carril involuntario.
EQUIPAMIENTO DE SERIE
ABS + EBD
ESP + TCS
Airbags frontales, laterales y de cortina
Asistente en cuestas
Anclajes ISOFIX
Reposacabezas delanteros activos
Control de velocidad
Faros antiniebla
Dirección asistida
Climatizador automático tri-zona
Ordenador de viaje
Brújula
Alarma antirrobo
Radio CD MP3
Puerto USB
Bluetooth
Pantalla táctil 4,3 pulgadas
Seis altavoces
Entrada auxiliar de audio
Control por voz
Encendido automático de luces
Sensor de lluvia
Sistema de acceso sin llave
Arranque por botón
Follow Me Home
Espejo interior fotosensible
Elevalunas eléctricos (4)
Espejos eléctricos, térmicos y plegables
Sensor de presión de los neumáticos
Sensor de aparcamiento posterior
Volante multifunción forrado en piel
Alfombrillas delanteras y traseras
Asiento del conductor eléctrico (parcialmente)
Asientos multirregulables
Llantas de aleación de 17 pulgadas
Cristales sobretintados
Barras de techo
Siete plazas (cinco plegables en suelo)
OPCIONES
Pintura metalizada, 650 €
Pintura extra-serie, 1.100 €
Pintura solida, 450 €
Techo solar eléctrico, 650 €
Llantas de aleación de 19 pulgadas, 600 €
Cámara de visión posterior, 400 €
Sistema de navegación con pantalla 8,4 pulgadas, 900 €
Sistema de sonido con pantalla 8,4 pulgadas, 200 €*
Kit fumador, 100 €
Tapón del depósito con llave, 50 €
Rueda de repuesto compacta, 150 €
*La pantalla táctil de 8,4 pulgadas viene acompañada además del lector de DVD/CD/MP3 y entrada para tarjetas SD
PRECIO RECOMENDADO: 29.400 € (27.962 € con dto)
PRECIO UNIDAD PROBADA: 30.150 € (28.712 € con dto)
RIVALES
Como habrás visto, a lo largo del artículo han salido algunas comparaciones con posibles rivales. Supongo que habrás pensado que un Grand C4 Picasso o un Grand Scénic no están en el mismo segmento... y debo darte la razón. Sin embargo hay que tener presente que las versiones con un motor equivalente -dentro de los posible- cuestan incluso más que este Freemont, por lo que enfrentarlo a un SEAT Alhambra lo aleja todavía más. De gran tamaño sólo el SsangYong Rodius le planta cara por precio mientras que los Kia Carnival y Ford S-Max han de jugar con los descuentos puntuales para resultar competitivos.
A modo de ejemplo dejo un pequeño listado con vehículos de 7 plazas con motores diesel de unos 150-170 CV:
Fiat Freemont 2.0 MJT 170 CV Urban, 29.400 € (27.962 €)
Citroën Grand C4 Picasso 7p 2.0 HDI 150 CV Exclusive 29.940 € (26.040 €)
Citroën C8 2.0 HDI 160 CV Seduction 37.600 € (29.775 €)
Ford S-Max 2.0 TDCI 163 CV Titanium 32.950 € (27.550 €)
Kia Carnival 2.2 CRDI 195 CV Active 31.745 € (27.401 €)
Opel Zafira Tourer 2.0 CDTI 165 CV Excellence 28.265 € (26.592 €)
Peugeot 5008 2.0 HDI 150 CV Allure 7p 30.960 € (28.590 €)
Peugeot 807 2.0 HDI 160 CV Active 37.000 € (29.782 €)
Renault Grand Scénic 2.0 dCi 160 CV Bose 7p 30.000 € (modelo anterior, promociones altas)
SEAT Alhambra 2.0 TDI 170 CV Style 38.100 € (sin dto)
SsangYong Rodius 2.7XDi 161 CV Limited 33.310 € (27.310 €)
VW Sharan 2.0 TDI 170 CV Advance BM 39.700 € (sin dto)
Además de esta mezcla entre distintos segmentos lo podemos complicar un poco más con modelos como el Chevrolet Captiva 2.2 VCDI 184 LT (27.560 €) e incluye la tracción total, el Kia Sorento 2.2 CRDI 197 CV Active (30.590 €), con tracción 4WD y con siete plazas, etc. Es complicado situar al Freemont frente a sus rivales, pues está a la par en precio de muchos MPV compactos y queda muy alejado de los MPV grandes salvo que haya promociones importantes. Si miramos su lado crossover, no tiene tracción total y frente al Captiva es más caro, aunque también está mucho mejor acabado y hay dos mundos en comportamiento.
Sé que es complicado cuadrar ciertos vehículos así que lo mejor será que cada uno lo coloque donde vea conveniente y de paso evitamos la distorsión de los datos. Estos eran sólo unos ejemplos de muchos más que podrían haber sido protagonistas.
Y hasta aquí la primera parte de la prueba. Mañana a la misma hora podrás leer las impresiones a sus mandos, todo lo relacionado con las prestaciones y los consumos."
Extraido de:
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Última edición por nietora el Sáb 04 Feb 2012, 09:50, editado 1 vez